El valor de la opción en finanzas o el porqué Florentino Pérez llegó a presidente del Real Madrid

julio 12, 2013

El término «opción» a menudo es usado para referirnos a una cantidad relativamente amplia de conceptos. Incluso en finanzas, si le preguntamos a alguien qué entiende por opción lo más probable es que su respuesta haga referencia o esté encaminada a los derivados financieros.

Y es que el producto catalogado como derivado, como una opción de compra o de venta, están relacionados con lo que hoy quiero exponer en mi artículo. Lo primero que se nos explica cuando estudiamos una compra de opción call en finanzas es que es «el derecho, pero no la obligación, de comprar a un determinado precio fijado de antemano algo, pagando por este derecho una prima«.

Si has aguantado estes dos ladrillos de párrafos, enhorabuena, porque ahora viene la parte clave del asunto. Las finanzas son flujos, pero los flujos son futuros. Al igual que alguien compre un determinado tipo de derivado financiero, puede que a nosotros también nos interese utilizar opciones en nuestra vida cotidiana, o en el mundo empresarial. Es más, es muy probable que el lector ya esté usando opciones de compra, pero no sea consciente de ello.

Por ejemplo, si dentro de 6 meses me voy a ir de vacaciones, pero no es 100% seguro que mi jefe me vaya a conceder las fechas que yo quiero para mi crucero, que zarpa en una fecha determinada y que hay que pagarlo hoy mismo, es posible que me interese hacer uso de una opción. O sea, pagar una «reserva» por mi crucero de 100€ ahora, para poder tener en el futuro la opción de ejercitar mi derecho o no. Si finalmente no puedo ir de vacaciones en esas fechas, sólo habré perdido 100€. Si puedo ir al crucero, pago lo que resta y en paz. Análogamente, cuando uno compra un coche, suele pedírsele al cliente un pago para confirmar la reserva del vehículo. Esta también es una buena forma para el concesionario de no incurrir en gastos de transporte de un vehículo si finalmente el cliente no lo quiere.

En finanzas, la libertad que proporciona el hecho de, mediante un contrato de opción, vincular a dos partes o no, a preferencia de una de ellas, es impagable. Bueno, impagable no; porque precisamente ese es el precio de la «prima» de la que hablábamos en un principio. Y es lógico pensar que si una opción A me da derecho a comprar algo en un futuro por 1000, y otra opción B me da derecho a comprar por 1500, la opción A tenga un precio superior a la B.

Un último ejemplo conocido por todos es el caso que ha llevado en su día al conocido presidente y consejero delegado de ACS, Florentino Pérez, a la presidencia del Real Madrid. Florentino, conocedor de cómo las opciones de compra funcionaban, firmó una opción de compra por Luis Figo, en la cual, pagando de su bolsillo una pequeña parte del valor del precio del traspaso del jugador al FC Barcelona, se aseguraba la opción de que cuando el quisiera, podría comprarlo, vinculando así al Barcelona a hacerlo.

Lógicamente, el Barcelona aceptó en su momento la opción de compra porque era un ingreso directo, y veían con pocas posibilidades a Florentino de hacerse con la presidencia del Real Madrid. Florentino hizo campaña y prometió que, de ser elegido presidente, traería a Luis Figo al Madrid, y lo prometió porque legalmente tenía la opción de hacerlo.

Así que recordemos: la opción, en finanzas, tiene valor.